La salud infantil también incluye el uso de complementos nutricionales cuando hay necesidades específicas. Vitaminas para el crecimiento, suplementos de omega-3 o probióticos pueden ayudar a fortalecer defensas, apoyar el desarrollo cognitivo y mantener la energía, siempre bajo recomendación pediátrica.

Entre las enfermedades más comunes en niños se encuentran los resfriados, otitis, varicela, asma y gastroenteritis. Mantener una dieta balanceada, hidratación adecuada y refuerzo del sistema inmune con vitaminas C y D puede ayudar a prevenir muchas de estas afecciones.

Para mantener la salud de un niño, es esencial que se alimente bien, duerma lo suficiente, haga ejercicio y se someta a controles médicos regulares para asegurarse de que se desarrolle de manera adecuada física y mentalmente.

Un niño saludable tiene buena energía, apetito normal, duerme bien y muestra interés en jugar y aprender. Debes consultar al médico si notas cambios repentinos en su conducta, fiebre persistente, falta de apetito prolongada o problemas para respirar.