Una mala circulación puede provocar que la sangre no fluya adecuadamente hacia el corazón, aumentando el riesgo de coágulos. Si uno de estos coágulos se desplaza, puede causar un infarto o un accidente cerebrovascular. Detectar síntomas tempranos es clave para prevenir complicaciones graves.

El corazón es el motor del sistema circulatorio. Bombea sangre rica en oxígeno a todos los órganos y tejidos, mientras elimina el dióxido de carbono y residuos. Un sistema circulatorio sano depende de buenos hábitos: ejercicio, dieta balanceada y nutrientes como el omega-3.

La circulación cardíaca comienza cuando la sangre entra en la aurícula derecha del corazón, que luego la bombea al ventrículo derecho, el cual envía la sangre a los pulmones para oxigenarla. Posteriormente, el corazón bombea la sangre oxigenada al resto del cuerpo para nutrirlo y mantenerlo activo.

Si tienes problemas de circulación, es importante mejorar tu dieta e incorporar suplementos ricos en vitamina E y ácidos grasos omega-3, que ayudan a mejorar el flujo sanguíneo. En Holland & Barrett, ofrecemos productos como aceite de pescado y suplementos de pentoxifilina, que pueden ayudar a mejorar la circulación y reducir la inflamación.